Y llega un día en el que la noche te alerta. Es como si todos los caminos de repente hubieran terminado. Y tú te detienes en medio de todas las encrucijadas, confuso, con el disfraz raído y la máscara en un rictus perplejo, sólo entre las multitudes al asalto, como si toda la vida hubiera existido en el metaverso y tú fueras un avatar desafortunado. Y a mí quién me indemniza por este vivir desperdiciado? preguntas con la tristeza y la desgana de los atormentados. Yo no tengo un buffet de esperanza para que te desayunes una jornada alegre, pero sí me gustaría que te esforzaras por escuchar cascabeles cada mañana y no apagaras las luces todavía. No hay día fácil. Pero créeme, siempre hay respuesta a toda ilusión defenestrada. El hombre se rinde con demasiadas prisas. El río que te arrastra no sólo te abraza sino que ademas te guía hacia mar abierto. Recuerda: No importan los hundimientos momentáneos, tu cuerpo sumergido en líquido siempre flota!